El aluminio está presente en nuestro día a día desde hace años. Como contábamos en el artículo sobre La increíble historia del aluminio, los romanos ya utilizaban el alumbre para potenciar y estabilizar el color en los tintes de la ropa, pero también en productos astringentes para tratar dolores de úlcera o como coagulante en las heridas.
Evolución del envase en la farmacia
La historia de la farmacia se mezcla con la medicina. La filosofía védica y sus remedios en la Índia, los códices egipcios que recogen la sintomatología y prescripción para paliar enfermedades, la medicina china basada en el Taoísmo y el uso de plantas medicinales. Fue en Grecia y Roma (des del siglo IV A.C. al 476 D.C.) se inicia la medicina racional con Alcmeón de Crotona hasta la medicina posterior Galeon. Aunque no existe la figura del farmacéutico como tal, aparece la farmacia Galénica.
Galeno da las bases técnicas para la preparación de las principales formas farmacéuticas y se conocen los primeros auxiliares de la medicina: Rizotomos, Farmacopolos, los picmentarios y los ungüentarios. Pero es en 754 D.C. en Bagdad donde los árabes establecen las primeras farmacias.
Si en Egipto se usaban recipientes de barro, vidrio, alabastro y serpentina, así como cajas de madera para la conservación de ungüentos y medicinas varias; ya en el siglo XIX aparecen los inyectables, las tabletas o las ampollas de vidrio. Posteriormente, en los años 60-70 irrumpe con fuerza el plástico como material para envases, pero a día de hoy, el aluminio sigue siendo el mejor aliado para conservar productos farmacéuticos. Y es que en el caso de la farmácia, el envase de los medicamentos es de gran importancia. Su función es proteger de la influencia de agentes externos y de la humedad para conservar los efectos que deben desarrollar una vez consumidos y cumplir su cometido.
¿Por qué envases de aluminio?
Entre las propiedades destacadas del aluminio, como recoge la Sociedad Española de Aluminio, se encuentran:
- Ligero, resistente y de larga duración
El aluminio es un metal muy ligero con un peso de 2,7 g/cm3, un tercio el peso del acero. Su resistencia permite que se adapte a la aplicación deseada modificando la composición de su aleación y puede almacenarse durante un largo periodo de tiempo. - Resistente a la corrosión
Genera una capa de óxido de forma natural que proporciona una alta resistencia a la corrosión. Resulta especialmente útil para productos que requieren de protección y conservación, como los envases de uso farmacéutico. - Dúctil
El aluminio es moldeable y tiene una densidad y un punto de fusión bajos. En situación de fundido, puede procesarse de diferentes maneras. Permite fabricar envases sencillos y adaptados a diferentes necesidades. Además, es fácilmente sellable. - Impermeable e inodoro
La hoja de aluminio, incluso cuando se lamina a un grosor de 0,007 mm., sigue aislando completamente la humedad y no deja que el agua, la luz, el oxígeno u otros agentes externos accedan al contenido o éste pierda sus propiedades. No desprende ni adquiere olores o sabores. - Reciclable
Los tubos de aluminio sólo pueden ser utilizados una vez, pero gracias al reciclaje actualmente se recupera más del 75% del aluminio, lo que permite darle un nuevo uso. Por lo tanto, es una opción que tiene en cuenta de forma notable su impacto medioambiental y lo diferencia de otros materiales como el plástico.
Debido a todas sus propiedades se ajusta perfectamente a los requisitos de uso en envases farmacéuticos, envolviendo y manteniéndolo seguro el contenido.
Se presenta en forma de blisters, recipientes o tubos pero en la industria farmacéutica destacamos la utilidad de los tubos de aluminio para almacenar y distribuir cremas, fórmulas magistrales u otros productos farmacéuticos. Además, los tubos de MisTubos pasan por los rigurosos controles de calidad que certifican que son aptos para su uso farmacéutico (ISO 9001). En lo que va de año, Witte y Solá ha fabricado 75.849.390 tubos.
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